Tendencias Globales de Talento 2024 

Juanvi Martínez 

La capacidad de adaptación a los cambios siempre ha sido el filtro que ha determinado la supervivencia de las especies. Esta máxima es perfectamente aplicable al mundo empresarial. Ocurrió con la revolución industrial, recientemente con la aparición de internet y en estos momentos el gran desafío se llama Inteligencia Artificial.

Los ejecutivos tienen claro que esta nueva evolución tecnológica puede ser de gran ayuda para aumentar la productividad, aunque muchos temen que la IA avance más rápido que la capacidad de sus empresas para integrarla. Esta es posiblemente la principal conclusión que nos deja el estudio de Tendencias Globales de Talento 2024 elaborado por Mercer y que recoge los principales retos en torno a la retención y atracción de talento según la opinión de más de 12.000 ejecutivos de alto rango, líderes de recursos humanos, trabajadores e inversores de todo el mundo.

Además del impacto de las nuevas tecnologías, este último estudio también destaca otros factores atemporales como la mejora de la experiencia del empleado o la resiliencia de las compañías. En total, cuatro grandes tendencias que marcarán sin duda este 2024.

Impulsar la productividad centrada en la persona

La mejora de la productividad se ha destacado como el principal driver de transformación para este año. Tanto ejecutivos como empleados coinciden en que demasiado trabajo improductivo es el factor que más deteriora la capacidad interna de una compañía.

Como comentaba al inicio de este artículo, el rápido crecimiento de las capacidades de la inteligencia artificial generativa ha abierto la puerta a un notable incremento de la productividad de la fuerza laboral. En este sentido, un 40% de los ejecutivos predice que la IA proporcionará ganancias de más del 30% durante los próximos años. 1 de cada 2 ejecutivos cree que la IA cambiará radicalmente su modelo de negocio, lo que inevitablemente tendrá impacto en los puestos de trabajo. Para solventar este desafío, será fundamental adoptar modelos de talento basados en habilidades, cuestión que ya están poniendo en marcha las organizaciones de alto crecimiento. Así, el 75% de los directivos cree que la mayor parte de su plantilla no podrá adaptarse al nuevo mundo del trabajo

Afianzar la confianza y equidad

La confianza tiene un gran impacto en la energía de los empleados, en su sensación de prosperidad y su intención de permanecer en la empresa es hoy más importante que nunca. Los empleados identifican el orgullo en el propósito, el sentido de pertenencia y la valoración de su contribución como las principales características que determinan su sensación de prosperidad.

Cerca de la mitad de los empleados afirman querer trabajar para una organización de la que puedan estar orgullosos, y muchas empresas están respondiendo a estos requerimientos. Como novedad en el estudio frente al del año pasado, después de la seguridad en el empleo, la retribución justa se sitúa como la segunda razón por la que mantenerse en una compañía, factor que ha escalado desde la cuarta posición en el último año.

Asimismo, las empresas están viviendo una evolución en términos relativos a la agenda de diversidad, igualdad e inclusión. Ello a través del uso de mapas internos de movilidad de talento, reforzando la protección de los empleados, implantando tecnología que fundamente la toma de decisiones sobre igualdad salarial y fomentando una cultura integradora con un liderazgo responsable y transparente.

Fortalecer el sistema inmune corporativo

Si algo hemos aprendido durante los últimos años, es que los desafíos imprevistos pueden tener un gran impacto en las organizaciones. Este último estudio demuestra que las recientes inversiones en mitigación de riesgos han dado sus frutos. Así, el 64% de los ejecutivos creen que su empresa está preparada ante cualquier adversidad, frente al 40% de hace dos años. Sin embargo, y pese a que siguen preocupaciones a corto plazo como la inflación, es posible que los riesgos más a largo plazo como los ciberataques no estén recibiendo la atención necesaria.

Pero igual de importante que es la resiliencia empresarial, lo es también la resiliencia personal. Con el 82% de los empleados preocupados por agotarse durante este año, rediseñar el trabajo con un modelo centrado en su bienestar es fundamental para mitigar este riesgo. Más de la mitad de las organizaciones de alto crecimiento ya lo han hecho, en comparación con solo el 39% de las de menor crecimiento.

Cultivar una cultura que priorice lo digital

En este contexto de desarrollo tecnológico, la mitad de los directivos están convencidos de que sin IA su organización no sobrevivirá más allá de 2030. Un escenario que no está exento de retos, ya que uno de cada tres considera que la tecnología está avanzando más rápido de lo que sus empresas pueden adaptarse y preparar a los trabajadores. Al mismo tiempo, el 67% de las organizaciones adoptan nuevas tecnologías sin transformar su forma de trabajar. Mientras a los ejecutivos les preocupa no estar haciendo lo suficiente para animar a los empleados a adoptar nuevas tecnologías, las expectativas de estos últimos están puestas en que sean las empresas quienes les enseñen las habilidades necesarias si su trabajo cambia debido a la IA.

Sin embargo, el aspecto humano de la transformación es más complejo que el tecnológico; según los ejecutivos, 7 de cada 10 obstáculos al cambio son humanos. Por ello, es fundamental impulsar la adoptación de la tecnología entendiendo el momento y el rol de las personas. En este sentido, las empresas de alto crecimiento tienen más probabilidades de implantar nuevas tecnologías para racionalizar los procesos de trabajo, ofrecer tecnología interna tan puntera como la que se utiliza con los clientes, implantar plataformas de escucha continua, centrarse en rediseñar los momentos que importan e invertir en portales para empleados.

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